Un compendio de mentes brillantes hicieron que una casona de Gonnet fuera, por una noche, el mejor bar de la ciudad.
Cuando uno ve esas películas norteamericanas, donde los jóvenes universitarios visten camperas del campus y beben cerveza en lata, salta al imaginario la posibilidad de un ejemplo local. Una casa grande, con un parque iluminado. Y con bandas que suenen.
El sábado alguien prestó su casa, como en los filmes hollywoodenses, para un hacer una fiesta. Alguien la llamó “The Mansion Party Fest”. Y lo de “fest” fue porque, entre los doscientos invitados, estaban The Falcons, Crema del Cielo y normA. Proporcionalmente, un festival. Teníamos el mejor plan del mundo.
El living-escenario fue abierto por Crema del Cielo, con ocho temas entre nuevos (“Playa negra”) y grandes éxitos (“Unite al club” y “El mundo es una mierda”) de su tan bien recibido primer disco. Antes de que Super Skunk atrajera como el dulce a las moscas a la concurrencia, Boya pidió disculpas por el episodio de la noche del viernes, cuando se frustró la participación de la banda en el ciclo Locales y visitantes. Crema debía dar la bienvenida a los porteños Mataplantas, pero un altercado organizativo retiró del programa a los locales. “Fue por razones de fuerza bruta mayor”, argumentó la voz de los platenses.
Después de la liturgia de Celular, la insolente lucidez de los estandartes del brit-pop villero dio paso a la cuidada presentación de The Falcons, que desplegó su rock de garage glamoroso, el garage de un Ami8 reluciente, decorado con cuadros de Warhol y sillones de cuero blanco. Ahora las chicas bailan y Rama contagia sus contracciones de reptil, mezcla de "Howlin'" Pelle Almqvist, de The Hives, y Mick Jagger.
Buen preludio. normA en gateras.
El escenario, pasible de una remake homenaje a Stanley Kubrick, con su alfombra lanuda y su cortina de discos, fue entonces marco de una de las más extensas performances de normA en el último tiempo. Un show diferente que olió mucho a ensayo con amigos. Temas inéditos, de los tiempos del trío, otros a pedido y otros difíciles de oír en las listas que suelen seguir actualmente. El fin, con 350, la ricken de Chivas al estuche y todos a bajar unos watts y unos grados al parque de la que fue, por una noche, la mansión del rock local.
1 TRANSEÚNTES DIJERON A SU PASO:
Yo quise.... normA es siempre el mejor plan.... maldita facultad de encerrarme que tiene la facultad......
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